jueves, 5 de mayo de 2011

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Los Padres de la Patria


El hecho de que República Dominicana posea tres Padres de la Patria: Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella, es fruto de una negociación en uno de los gobiernos de Ulises Hereaux, luego de que diferentes sectores, integrados por seguidores y familiares de esos patriotas, se disputaran la primacía de uno u otro durante la gesta libertaria. En relación a este tema, presentamos el siguiente trabajo.
¿Uno o varios Padres de la Patria?

Resumido del Prólogo al libro El Mito de los Padres de la Patria, de J.I. Jiménez Grullón

Altar de la Patria
El dominicano desde su niñez comienza a familiarse entre otras originales costumbres, con la tradicional doctrina del número tres. Así en el hogar aprende la existencia de los "tres Reyes Magos": Gaspar, Melchor y Baltazar; en la iglesia, "las tres divinas personas": Padre, Hijo y Espíritu Santo; en la escuela, "los tres Padres de la Patria": Duarte; Sánchez y Mella. Luego seguirá conociendo: las tres regiones naturales que componen el país: Cibao, Sur y Este; los tres colores de la bandera nacional: azul, rojo y blanco; las tres divisas del lema nacional: Dios, Patria y Libertad; las tres grandes cordilleras: Septentrional, Central y Meridional; los tres grandes dominios fluviales: Yaque del Norte, Yuna y Yaque del Sur; la base triple de tres miembros cada uno que constituían la sociedad patriótica "La Trinitaria" y muchísimos otros "tres".
En tales circunstancias, resulta un poco extraño que haya personas que aboguen por la desaparición de los tres Padres de la Patria, como lo propugnó Jimenes Grullón, al considerar a dicha tríada como "mito con raices espúreas". Cierto es, que el tiempo y la investigación han venido lentamente socavando semejante tríada, al extremo que no resulta aventurado afirmar que la tendencia natural que hoy se manifiesta finalizará en un no muy lejano día con una exterminación de esa tradición. Espontáneamente, sin deliberación previa, en círculos oficiales y privados, se va imponiendo, pese a algunos de sus detractores, una figura central y superior, la figura de Juan Pablo Duarte.
En nuestras múltiples conversaciones y contactos con personas amantes de los estudios históricos, no importa su edad o escuela, hemos podido apreciar la existencia con fuerza de golpeante realidad, sin apasionamientos ni prejuicios, de un sentimiento generalizado y abrumador que proclama a Duarte como el único y verdadero Padre de la Patria. Y no hay que dudar que esa corriente mayoritaria sea la causa de que, a medida que pasa el tiempo, se vayan multiplicando los homenajes y conmemoraciones duartianas, y en cambio, se vayan reduciendo los mismos tributos en favor de Sánchez y de Mella.
Tal consenso no es mero capricho, soberbia inútil o ciega obstinación. Es el fruto de la investigación serena y el estudio desapasionado. Cuando se busca el origen de nuestra nacionalidad y el ideal que la sustentó, cuando se busca la fé prodigiosa que necesitó esa nacionalidad para poder subsistir en una época en la cual se dudaba tanto de ella, se encuentra uno, quiéralo o no, frente a frente, con Juan Pablo Duarte. ¿No es pues aquí donde debe residir la paternidad de la Patria? Porque de ese mismo pensamiento tenaz, de esa misma esperanza invencible, saldrían las posteriores ejecutorias, como fueron la obra inicial del 27 de Febrero y las gloriosas acciones reafirmadoras del 19 de Marzo y del 30 de Marzo. Como lo serían con el correr del tiempo, las batallas de Las Carreras, Santomé, Beller, Sabana Larga; la Restauración Nacional, el rechazo de los proyectos anexionistas de Báez y la resistencia a las ocupaciones norteamericanas de 1916-1924 y de 1965, así .como todos los demás gestos y acciones nacionalistas que registra nuestra historia. No importa que haya presencia física, porque la presencia física desaparece en unas cuantas décadas de vida terrenal, mientras que la Patria dura centurias y más centurias. Lo que importa es la proyección a través del tiempo del ideal nacionalista, ése que mantiene en todo momento la soberanía, la independencia y la dignidad de la República. El fundador, el creador de ese ideal que mantiene la vigencia y la realidad de la Patria, es indudablemente el Padre.
Si la presencia de Sánchez y de Mella en la Puerta del Conde es uno de los factores más importantes que se han tomado en cuenta para proclamarlos Padres de la Patria, entonces tendremos que ha habido notoria injusticia con respecto a otros próceres dominicanos. Entonces Padres de la Patria serían Santana por el 19 de Marzo, Imbert y Valerio por el 30 de Marzo; Bobadilla, Báez y Valencia por haber organizado políticamente el Estado Dominicano y así sucesivamente muchos otros pioneros de los primeros días de vida republicana. Porque sin todos esos acontecimientos que se sumaron a su causa, el 27 de Febrero hubiera perecido en su cuna.
En el terreno mortal la primacía de Duarte es reconocida por sus propios contemporáneos. En la gloria y en la adversidad.
En la gloria:
  1. Presidente y fundador de la sociedad La Trinitaria, 16 de Julio de 1838;
  2. Jefe del Partido liberal y nacionalista "Duartista" o "filorio";
  3. Proclamada la República es inmediatamente solicitado mediante embajada especial para que regrese a la Patria, 2 de Marzo de 1844;
  4. Saludado como Padre de la Patria por el Arzobispo Portes, 15 de Marzo de 1844;
  5. Comandante en Jefe del Ejército propuesto por la oficialidad castrense de Santo Domingo, 31 de Mayo de 1844;
  6. Proclamado Presidente de la República por Mella, Julio 1844.
En la adversidad:
  1. El más tenazmente perseguido por el Presidente [haitiano] Herard, Julio 1843;
  2. Sus ideales considerados como "aspiraciones criminales de Juan Pablo Duarte y consortes", en proclama de Santana, Julio 1844;
  3. Llamado "el anarquista Duarte" y su obra juzgada como "proyecto elaborado de antemano por el General Duarte y sus partidarios tendiente a.sustituir el pabellón dominicano con la bandera de Colombia", en Proclama del General Pedro Santana, 28 de Julio de 1844;
  4. Declarado en primer lugar, seguido por Mella y Sánchez, como "traidor e infiel a la Patria y como tal indigno de los empleos y cargos que ejercía", por sentencia de la Junta Central Gubernativa, del 22 de Julio de 1844;
  5. Tachado de "joven inexperto, que lejos de haber servido a su país, jamás ha hecho otra cosa que comprometer su seguridad y libertades" por Tornás Bobadilla en su discurso inaugural del Soberano Congreso Constituyente de San Cristóbal;
  6. Su familia es la única del grupo trinitario que es deportada por Santana, 3 Marzo 1845.
Algunas tradiciones señalan que en Julio de 1843, Sánchez pudo escapar de las persecuciones del Presidente Herard y así quedarse en el país, porque estando enfermo se simuló su fallecimiento y su sepelio en el cementerio de la Iglesia del Carmen de la ciudad de Santo Domingo. ¿Podría haberse podido aplicar el rnismo sistema para esconder a Juan Pablo Duarte? ¿No hubiera la autoridad haitiana realizado una investigación a fondo del caso, para cerciorarse de la verdad de esa muerte? Creemos que la importancia de Duarte lo ameritaba y que los invasores hubieran podido comprobar la falsedad del truco.

Rafael Leónidas Trujillo Molina






Rafael Leónidas Trujillo Molina (24 de octubre de 1891 - 30 de mayo de 1961) fue un militar y político dominicano. Dictador del país como generalísimo del Ejército, gobernó desde 1930 hasta su ajusticiamiento en 1961.1 Ejerció la presidencia de la República Dominicana entre los periodos 1930-1938 y 1942-1952. Gobernando de forma indirecta durante los periodos 1938-1942 y 1952-1961, valiéndose de presidentes títeres.
Conocido como "El Jefe", su tiranía históricamente conocida como la Era de Trujillo es considerada una de las más sangrientas del siglo XX. Estuvo caracterizada por el anticomunismo, la represión de toda oposición y por el culto a la personalidad. Sus defensores destacan como aspectos positivos del régimen la restauración del orden público y el progreso económico del país.
Trujillo decidió el genocidio de miles de haitianos que vivían en la zona fronteriza y luego acordó con el presidente haitiano Sténio Vincentindemnizarlo por cada haitiano asesinado. Más de 30.000 personas perdieron la vida y otros tantos se exiliaron durante su gestión, en la que fueron asesinadas las hermanas Mirabal.
Trujillo prestó especial atención a mejorar las Fuerzas Armadas. El personal militar recibió generosa paga y beneficios bajo su gobierno y amplió sus filas, así como los inventarios de equipo. Trujillo mantuvo el control sobre el cuerpo de oficiales a través del miedo, el clientelismo y la frecuente rotación de tareas, que inhibió el desarrollo de sus seguidores personales.
El establecimiento del monopolio del Estado sobre todas las empresas importantes en el país trajo riquezas a través de la manipulación de los precios y malversación de fondos de Trujillo.
Durante 31 años, todos los estamentos del Estado funcionaban sin ninguna "violación". Toda tortura o condena era borrada, negada. Una muerte era encubierta en un accidente o sus supuestos autores encarcelados